Hace unos días recibí Todos los museos son novelas de ciencia ficción, el nuevo libro de Jorge Carrión.

Lo devoré en un día. Y ahora quiero volverlo a leer. Con más calma. Buscando referencias de las obras de arte a las que hace referencia.

Porque este libro es un artefacto extraño, que desafía (otra vez) las convenciones sobre lo que un texto es/debe ser. Ésta es una de las características que más me gusta de la obra de Carrión. (De lo que he leído, pues.)

Los temas son los mismos que obsesionan a Carrión en sus últimos trabajos, como Membrana, Lo viral o Solaris: la co-evolución de los seres humanos con artefactos algorítmicos, las oportunidades y peligros de nuestro presente tecnológico, la física cuántica, la convivencia con otras especies, los vínculos amorosos. Pero contados desde otro punto de vista, otro lenguaje, otro soporte. En este sentido, lo que Carrión está haciendo es una obra transmedia que nos enseña que lo transmedial puede explorar registros diferentes a las de una franquicia de Hollywood.

Si Membrana está escrita como un catálogo de un museo imaginario, Todos los museos… es un relato de auto-ficción para una exposición real que lleva el mismo título y se expone en el Centro José Guerrero de Granada.

A pesar de que está construido sobre una narración en primera persona, Todos los museos son novelas de ciencia ficción en realidad es libro polifónico: no sólo por los diálogos que establece con otras personas dentro del relato, como Marta Peirano, Fernando Cucchietti o Francisco Baena, sino por las referencias a la obra de otros artistas como Fernando Rapa, Roberto Massó, Alicia Kopf, Vladan Joler, Kate Crawford, Barcelona Supercomputing Center, Luís Graça y Marta de Menezes, Robert Juan-Casavella, Justine Emard, Joana Moll, Saša Spačal y Mirjan Švagelj.

Las reproducciones de algunas obras de estos autores se intercalan en el libro, como el no-catálogo de la exposición. Por eso digo que tengo que volver a leerlo. Con más calma. Y explorar todos los senderos que de aquí parten.

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José Miguel Tomasena

Escritor, periodista, profesor universitario. Autor de El rastro de los cuerpos (Grijalbo, 2019) , La caída de Cobra (Tusquets, 2016). Co-guionista de Retratos de una búsqueda. Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí en 2013 por ¿Quién se acuerda del polvo de la casa de Hemingway (Paraíso Perdido, 2018). Investiga formas de socialización lectora en internet.