Terminé de leer el volumen de Cuentos escogidos de Shirley Jackson editados por Minúscula (traducción de Paula Kuffer). Además de cuentos, el libro ofrece tres ensayos sobre el arte de la escritura.

Portada de Cuentos escogidos, de Shirley Jackson, publicado por Editorial Minúscula.

Hay dos cuentos que son magistrales: El amante demoníaco, que abre el libro con la contundencia de un buen disco de rock, y La lotería, que en su momento publicó revuelo entre los lectores de la revista New Yorker, que lo publicó originalmente en 1948.

(Uno de los ensayos es un divertido recuento de las cartas de protesta que recibieron.)

También me gustó mucho La noche en que todos tuvimos gripe.

La lotería

Este relato es probablemente el más famoso de la autora. En parte por la reacción que provocó. Pero más allá de ello, el texto desarrolla de manera genial una tensión narrativa en constante crecimiento alrededor de lo que realmente se juega en la lotería de aquel pueblo. Lo terrible se cuenta con frialdad de cirujano, con un tono distante, objetivo. Y eso es lo que construye el efecto. Es probable que este tono, junto a la carencia de explicaciones y a la reiterada resistencia de la autora a dar una pista de interpretación de los hechos, sea lo que horroriza más. «Es sólo un cuento», se limita a decir Jackson.

Lo que más disfruté es un pequeño diálogo entre la gente del pueblo defendiendo la importancia de la tradición. Y rechazando la degradación que supone que otros pueblos hayan traicionado esta costumbre en aras del «progreso».

El amante demoníaco

Pero probablemente sea éste el cuento que más me gustó. La historia cuenta la historia de una mujer que espera a que su prometido venga a recogerla para casarse: el gran día. Sin embargo, el hombre no aparece, no aparece, y ella sale a buscarlo. Es un ejemplo canónico del poder del estilo libre indirecto, es decir, de un narrador en tercera persona pero que sólo representa el punto de vista subjetivo de un personaje. El cuento tiene momentos de una comicidad cruel, basados en la ceguera de la protagonista sobre su situación.

Pero lo que más me ha gustado es que este punto de vista conduce a la puesta en duda de todos los hechos narrados, incluida la propia historia que estamos leyendo. ¿Las cosas fueron realmente así? ¿Realmente ha sucedido lo que se nos cuenta?

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José Miguel Tomasena

Escritor, periodista, profesor universitario. Autor de El rastro de los cuerpos (Grijalbo, 2019) , La caída de Cobra (Tusquets, 2016). Co-guionista de Retratos de una búsqueda. Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí en 2013 por ¿Quién se acuerda del polvo de la casa de Hemingway (Paraíso Perdido, 2018). Investiga formas de socialización lectora en internet.