He estado pensando sobre el futuro. Desde hace tiempo. Mi novela El rastro de los cuerpos es una exploración sobre una vida sin futuro: el desaliento.
I have seen the future, baby / it is murder
Leonard Cohen
Pero últimamente me cuestiono mucho esa postura. ¿De verdad no hay futuro?
Me compré un foto libro sobre Imagine, el disco de John Lennon y Yoko Ono.
John cuenta cómo conoció a Yoko. Fue en una galería. Y había una pieza con una escalera. En la parte superior había una lupa. Había que escalar y buscar en el techo. Con letras diminutas decía: YES.
John dice que si hubiera dicho NO, jamás se habría enamorado de ella.
Pero decía YES.
Lo decía en un espacio completamente blanco, lleno de luz.
Y luego, en el libro dice que Imagine, la canción, debe mucho a otra pieza de Yoko titulada Grapefruit, en la que ella moviliza la imaginación a partir de la palabra.
John comenta: «Lo que estábamos haciendo era proyectar el futuro de un modo positivo».
Y Yoko: «La mente tiene una gran plasticidad. Si crees que para ti es importante hacer que el mundo esté en paz, sucederá. No empieces diciendo: «No, no sucederá porque…» ni hagas una larga lista de «noes» y «nuncas». Puede suceder y sucederá.»
Sé que suena como novela de Paulo Coelho, ¿pero no es igual de falso el NO sobre fondo negro?