No es secreto que en los últimos meses he encontrado gran goce estético y espiritual en la práctica del garabateo en libretas. Dibujos + Recortes + Notas. Todo cabe
El otro día encontré este libro en la biblioteca pública: Artist Notebook, de Carolina Amell (Ed. Monsa). Y ha sido una delicia. Una ventana a los cuadernos de distintos artistas. No sólo como parte de un proceso (que puede que sí), sino como un fin en sí mismo. Un espacio de libertad creativa. Nada definitivo. Todo posible.
Increíble cómo cada uno expresa ahí una personalidad particular.