El otro día compartí una playlist con las canciones que tenía un casete rojo que grabé con mis amigos de la prepa y que escuché mientras estaba en un embotellamiento en Acapulco que parecía como embotellamiento del DF durante un viaje que hicieron mis tíos Mikel y SIlvie, junto con mis primos Manuel y Etienne.
Y luego pregunté que si habían oído los podcasts de la serie Mixtape, producida por RadioLab de WYNYC cuál era su episodio favorito.
Si no los han escuchado, háganse un favor.
Ahora quiero hablar del que más me gustó a mi. Y es difícil, porque el de China, con el que abren la serie, es espectacular; y el del hacker checo. Y el del Alatoyá. Y el de los chicos de Sudán: conmovedor.
Pero el que me parece una obra maestra de storytelling, por la forma en que está narrado, es el que se llama The Wandering Soul. Porque la historia parece que trata sobre A, y todo el tiempo parece que trata sobre A, pero en realidad trata de B. Y el momento en el que descubrí que la historia no trataba sobre A, sino sobre B -ese clímax-, me pareció magistral.
Me recuerda a las Tesis sobre el cuento de Piglia, a las que siempre vuelvo. Y sobre las que ya escribí indirectamente cuando hablaba hace unas semanas de la película El poder del perro, que es la película que más disfruté en 2021.