Hacía mucho que no escuchaba algo que viniera del jazz que me sonara nuevo, porque decir que lo que hace Kamasi Washington es jazz es una simplificación muy miope. El bato toca con Kendrick Lamar, Snoop Dogg y Flying Lotus.
Y no lo hace como un huesero que simplemente quiere sacar lana para después hacer su música «auténtica», sino como quien está abierto a aprender e incorporar todos los sonidos.
Esta orquesta está más allá de las fronteras y los géneros musicales: dos baterías, dos bajos, dos percusionistas, un pianista, un tecladista, tornamesa, trombón, trompeta, saxofón, cuerdas (chelos, violas y violines) y un coro. La locura.
El disco del año (hasta ahora).
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