Retratos de una búsqueda en Hot Docs

Fui a Toronto a presentar el documental de Alicia mi esposa, Retratos de una búsqueda, del que soy co-guionista, en la sección internacional de Hot Docs 2015.

Hot Docs es un festival muy importante. Al principio yo no lo sabía, pero luego me fueron diciendo. Que si es el más importante del mundo, que si es el segundo… Quién sabe. Qué importa. El punto es que estar ahí es algo que nunca había estado en nuestro radar. A toda madre.  Y ya estando ahí, al ver la calidad de su selección, el número de películas que proyectan y  de su importancia en la industria internacional del documental, nos fue cayendo el veinte.

Increíble.

Estuvimos en las dos primeras proyecciones de la película. La gente recibe el documental con el cuerpo completo. En la oscuridad, sólo iluminada por el resplandor de la pantalla, podía ver sus hombros tensos, sus breves sonrisas y su expresión de espanto. Lágrimas, muecas. Aunque con los subtítulos traducidos se pierden muchos matices de la película, sobre todo algunos chistes y giros idiomáticos, el arco narrativo de la película también conmueve, aunque los espectadores vivan en otro contexto cultural.

Confieso que, como co-guionista, esta era una de las cosas que más me intrigaban.

La primer función tenía un horario complicado (sábado a las 21:45), así es que la sala estaba como a la mitad de su capacidad. El público, entre los que había varios mexicanos y latinoamericanos, nos hizo comentarios bastante positivos.

Hubo interés de varios medios de comunicación latinos, como Las Perlas TV y El Debate. Es muy emocionante ver cómo la banda latina de allá, sobre todo los colegas periodistas, van pasando la voz. Si hay algo que me ha maravillado en estos años, desde que hicimos crowdfunding para poder filmar, es la fuerza de esta comunidad que se ha formado alrededor de la película.

En la segunda proyección (lunes 27 a las 16.30), en el impresionante complejo de cines construido para el Festival de Cine de Toronto, la sala estaba llena. El público era canadiense en su mayoría. Estaban también funcionarios del consulado de México en Toronto.

Alicia Calderón (al centro) con los programadores Heather Haynes (izquierda) y Juan Barquero (derecha)

Al final de la proyección y de las preguntas del público se me acercaron varios de canadienses, conmovidos y preocupados. Gracias. Qué duro. ¿Por qué este sadismo? ¿Por qué desaparecer gente? ¿Qué ganan? ¿Cómo es que las autoridades no hacen nada?

Traté de explicar lo que pude. Las preguntas de fondo, esas que no tienen respuesta, me las llevo como regalo.

–¿Es seguro viajar a México? –me preguntó una señora mayor. Pensé en los jubilados de Canadá que viven en Chapala o San Miguel Allende o los que durante el invierno se mudan con sus morojones (motorhomes, pues) a las playas de Boca de Iguanas o La Manzanilla, en Jalisco.

¿Qué respondes ante algo así? Ciertamente, es mucho menos probable que a una ciudadana canadiense le pase algo grave en México que a una hondureña, salvadoreña o guatemalteca. Pero ellos tampoco están exentos de desgracias, como Marc Menard, ciudadano canadiense desaparecido desde el 14 de marzo de 2013.

–Es una pregunta muy difícil y muy dolorosa –le dije–. Yo no puedo responder eso. Por un lado, porque no en todo el país hay balaceras a toda hora; es probable que no le pase nada. Pero, por desgracia, también están sucediendo cosas horribles todo el tiempo y es imposible asegurar que usted va a estar bien.

Me sentí un poco frustrado. No es como si traicionara “la marca México”, pero tampoco es agradable decir cosas de tu país.

(La última función en Hot Docs, si por algún lector tiene amigos en Toronto, será el domingo 3 de mayo a las 18:30 en el Scotiabank Theatre).

Interior del edificio del Festival de Cine de Toronto. El cubo rojo es la sala de control de proyecciones

 Distribución internacional

HotDocs es un lugar clave para la industria internacional del documental. Cientos de distribuidores, agentes, productores y programadores y compradores van a Toronto a hacer negocios. Los peces grandes y los pequeños. Todos están ahí. PBS, BBC, Arte, Netflix, Vice, Vimeo, Indiegogo, Channel Four, Sundance, etc.

Todos los días hay cocteles, desayunos, fiestas. A ratos es bastante fastidioso –preferiría recluirme en el cine para aprovechar mi pase ilimitado de pelis– pero hay que conectarte, hablar de tu película, intercambiar tarjetas. Eso que ahora llaman networking.

Tuvimos un par de citas importantes que podrían darle un empujón internacional a Retratos, pero es demasiado prematuro para hablar de ello. (Crucen los dedos).

Sin embargo, constatamos que entre la gente de industria también hay interés en la película. Si nos ponemos cínicos, podemos decir que los temas de derechos humanos venden. Pero desde el punto de vista nuestro, que es de un equipo que empezó a hacer un documental sin un peso, con cámaras prestadas, y que que quiere ayudar a visibilizar a los sectores sociales que constantemente son violentados en México, es muy estimulante.

El caso Ayotzinapa ha hecho que muchas personas estén volteando a ver la crisis de derechos humanos de México. La comunidad internacional está sedienta de contenidos que exploren lo que esto significa. Pienso que esto es muy importante no sólo para Retratos, sino para todos los documentalistas, periodistas y escritores que a menudo sentimos que se nos cierran las posibilidades de hacer nuestro trabajo de manera independiente.

Puede que las empresas y los formatos periodísticos tradicionales estén en crisis, pero sigue habiendo una gran demanda de información profunda, divertida y compleja.

Si encontramos la forma de capitalizarla, podemos aspirar a ganarnos la vida dignamente haciendo lo que nos gusta.

Sobre las otras cosas que nos pasaron, algunas inolvidables, escribiré pronto. I’ll be back…